"Los muertos vivientes representa la versión más afortunada de una tendencia que viene consolidándose desde hace años en el mercado norteamericano: títulos a mitad de camino entre el cómic de autor y el tebeo comercial, generalmente cómics de género (superhéroes, terror, fantasía, negro…), editados en el formato propio del cómic mainstream (grapas de 24 páginas) y cuyos autores suelen trabajar también para las grandes compañías. La mayor libertad creativa de la que gozan al ser los dueños de sus propios proyectos les permite ser más arriesgados e innovadores, produciendo trabajos más personales. No es de extrañar que muchos de ellos resulten fácilmente adaptables al cine o la televisión. De forma más o menos deliberada, los autores desarrollan sus proyectos con un ojo puesto en el audiovisual, conscientes de que la rentabilidad del producto se dispara si consiguen dar el salto a las pantallas. A pesar de que Marvel o DC siguen mandando en las ventas, el liderazgo creativo se ha trasladado a editoriales como Image, Dark Horse, IDW o Boom!, cuyo rasgo diferencial es que garantizan la propiedad intelectual de los autores".
No novo número da Revista Ábrete Libro escribo sobre Os mortos viventes, un cómic cuxo éxito se construíu sobre unha sólida proposta artística de Robert Kirkman e Charlie Adlard, pero tamén sobre unha intelixente utilización dos dereitos de autor por parte do seu creador.
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